Distancia Total: 16,76 kms
Tiempo en Movimiento: 5:17:51 h
Desnivel Subida Acumulado: 1.196,45 m
Altura Máxima: 2.380 m
Ratio de Subida: 15,43 %
Desnivel de Bajada Acumulado: 1.207,45 m
Altura Mínima: 1.247 m
Ratio de Bajada: 14,92 %
Recorrido: Circular
Camino: Pista y senda
Dificultad: Moderada, por la época
en que se ha subido
IBP: 122 HKG
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Cómo llegar: Desde Murcia a la Puebla de D. Fadrique hay unos 160 kms., nos dirigiremos por la N-301 hasta el cruce de Alcantarilla, continuaremos por la C-415 dirección Caravaca. Desde esta última población seguiremos por la A-330 a la Puebla de D. Fadrique, a la entrada del pueblo nos desviaremos por la derecha por la A-317 dirección Los Collados de la Sagra, antes nos aparecerá por la izquierda una carretera con el indicativo La Ermita de las Santas, continuaremos por ella hasta el punto de partida de nuestra ruta.
Ruta: Desde el aparcamiento ascenderemos por la pista ya que el
camino que subía desde la puerta de la ermita y pasaba por un cortijo, está
cerrada.
Nuestro primer destino es el Refugio de la Sagra, a 1.539 metros de
altura. Hemos recorrido 3,300 kms.
Ajuste de mochila, reponemos líquido y seguimos. Desde
aquí seguiremos por una senda bien marcada que encontramos a la izquierda del
refugio acortando el camino, aunque volvemos a seguir la pista hasta los 1.650
m, en un claro de los pinos se aprecia una senda por la que continuamos dejando la pista, llevamos recorridos 4,3 kms. Estamos en el prado de Los Toscanillos.
La senda bien definida discurre entre pinos laríceos, la piedra suelta nos obliga a ir despacio al no poder afirmar bien el pie. Después de salvar un desnivel de 200 metros desde que dejamos la pista llegamos a una explanada verde y llena de flores, la hiniesta y los piornos azules abundan a los pies de la mole que nos proponemos subir; estamos en el Collado de las Víboras, a 1.860 metros de altura.
Reponemos fuerzas a la vez que comentamos lo imponente que es esta montaña, la senda por la que debemos subir la tenemos ante nosotros; nos faltan poco mas de 500 metros para coronar y atacamos con decisión. Vamos entre cojines de monja y en zigzas.
Tras 2:00 h. y 6 kms, estamos en los 2.000 metros y próximos al Collado del Morro de las Zamarrillas, desde aquí la vegetación apenas nos acompañará, empieza la zona de piedras. Nos vamos hacia el Sur, pasando sin mucha dificultad por entre los riscos.
Estamos en la zona de la "pedriza" (2.150 m); otra de las vías de acceso a la cumbre, el desnivel llega a superar el 20%.
El portillo nos separa de la pre-cumbre, una vez pasado vemos la cumbre, el embudo y los Collados de la Sagra al fondo.
Estamos a algo más de cien metros de la cumbre, lo mas complicado ha quedado atrás, el viento sopla con fuerza y nos obliga a abrigarnos; la caída de el embudo impresiona desde donde nos encontramos, un último esfuerzo y arriba.
La Sagra desde su cumbre, te da una panorámica de 360º; hoy la visibilidad es casi perfecta y podemos distinguir la Sierra de María, Sierra Nevada, Castril, Sierra Seca, La Guillimona, Las Cabras, Revolcadores.
Dejamos constancia de nuestro paso e iniciamos el descenso.
En esta ocasión y ya en el Collado del Morro de las Zamarrillas, pasamos junto al famoso pino quemado por un rayo.
El collado de las Víboras lo tenemos a la vista y alguno de nosotros baja "volando". Nos aligeramos de ropa, la diferencia de temperatura es significativa; un trago de agua y bajamos. Ahora ya comentando y disfrutando de la variedad de colores de las flores que nos rodean y que en la subida ni nos habíamos percatado. La hiniesta, los piornos azules, muérdago y enebro.
Hacemos el mismo recorrido que para subir pero esta vez siguiendo la pista hasta la ermita de las Santas. Esta es de esas montañas míticas que todo montañero quiere y necesita hacer.
La recomendamos, pero siempre con una buena preparación física y teniendo en cuenta que la montaña cambia dependiendo de la época del año en que la afrontemos.
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| El Castellón de los Mirabeles(I) y la Guillimona(D) |
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| Prado de Los Toscanillos |
La senda bien definida discurre entre pinos laríceos, la piedra suelta nos obliga a ir despacio al no poder afirmar bien el pie. Después de salvar un desnivel de 200 metros desde que dejamos la pista llegamos a una explanada verde y llena de flores, la hiniesta y los piornos azules abundan a los pies de la mole que nos proponemos subir; estamos en el Collado de las Víboras, a 1.860 metros de altura.
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Tras 2:00 h. y 6 kms, estamos en los 2.000 metros y próximos al Collado del Morro de las Zamarrillas, desde aquí la vegetación apenas nos acompañará, empieza la zona de piedras. Nos vamos hacia el Sur, pasando sin mucha dificultad por entre los riscos.
Estamos en la zona de la "pedriza" (2.150 m); otra de las vías de acceso a la cumbre, el desnivel llega a superar el 20%.
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| Vista de la Pedriza |
El portillo nos separa de la pre-cumbre, una vez pasado vemos la cumbre, el embudo y los Collados de la Sagra al fondo.
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| Dirigiéndose al portillo |
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| El Embudo y los Collados |
Estamos a algo más de cien metros de la cumbre, lo mas complicado ha quedado atrás, el viento sopla con fuerza y nos obliga a abrigarnos; la caída de el embudo impresiona desde donde nos encontramos, un último esfuerzo y arriba.
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| La Boria en la cumbre de la Sagra |
Dejamos constancia de nuestro paso e iniciamos el descenso.
En esta ocasión y ya en el Collado del Morro de las Zamarrillas, pasamos junto al famoso pino quemado por un rayo.
El collado de las Víboras lo tenemos a la vista y alguno de nosotros baja "volando". Nos aligeramos de ropa, la diferencia de temperatura es significativa; un trago de agua y bajamos. Ahora ya comentando y disfrutando de la variedad de colores de las flores que nos rodean y que en la subida ni nos habíamos percatado. La hiniesta, los piornos azules, muérdago y enebro.
Hacemos el mismo recorrido que para subir pero esta vez siguiendo la pista hasta la ermita de las Santas. Esta es de esas montañas míticas que todo montañero quiere y necesita hacer.
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| Rosa Alberdera |
La recomendamos, pero siempre con una buena preparación física y teniendo en cuenta que la montaña cambia dependiendo de la época del año en que la afrontemos.
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